No voy a aclarar mucho.
Los que tienen que saberlo lo saben.
Los que no tienen que saberlo, no lo sabrán.
Acá termina esta historia.
Acá termina un capítulo de mi vida, con sus cosas buenas y malas.
Con las cosas que me dejó, y las que cosas que dejé.
Tal vez sea más fácil para algunos que para otros, asimilar el pequeño cambio
y giro que dio mi vida.
A los que se les hace fácil, es porque, o son mis amigos, o no les intereso demasiado.
A los que se les hace difícil, es porque viven en el pasado,
y no merecen estar en mi presente
y mucho menos en mi futuro.
Gracias a la gente que estuvo siempre, a la gente que me quiere,
que me quiso
y que me va a querer por siempre.
Esa gente merece seguir estando en mi vida,
por eso a ellos no los voy a sacar.
Ellos saben quienes son.
La vieja Flor murió.
Ya no más tristeza.
Ya no más dolor.
Ya no más preocuparme por quien no lo merece.
Hora de ser feliz.
Es mí hora.
Acá se despide la dueña del blog,
abriendo otro nuevo.
Que no va a verlo casi nadie, solo los que yo quiera.
Chau.
Vivan en paz.
Si no te incluí en mi nueva vida:
NO VUELVAS A HABLARME NUNCA
PORQUE NO ME INTERESA.
